Para analizar a la obra, es importante acercarnos a las academias o escuelas de enseñanza que manejan un estricto procedimiento con reglas y acuerdos para representar un arte figurativo, cuya base en la formación de artista era el dibujo copiando obras de los así llamados “grandes maestros” hasta dominar contornos, luz y sombra.
En este proceso ingresa Luis Cadena, el autor de la representación del Cristo de la Columna. Un artista que se inicia en el arte influenciado por la “Dinastía Salas”.
Luego uno de sus clientes lo invita a viajar a Chile, país en que se encuentra con el pintor francés Monvoisin, quien estudió en las academias francesa y romana.
Este artista chileno es quien le aconseja sobre el manejo de algunos detalles en la creación pictórica. A su regreso, es favorecido para ir a estudiar pintura en Roma, lo que le permite en 1872 ser director de la Escuela de Bellas Artes que crea García Moreno. Una vez de director e instructor, se dedica a enseñar las técnicas del dibujo académico y que los estudiantes aprendan a representar la figura humana en vivo o el llamado “dibujo de la vida”.
Medio de aprendizaje que estaba prohibido a las mujeres artistas hasta mediados del siglo XIX, por cuestiones morales. Las academias mantuvieron el estricto sistema de clasificación de los géneros de pintura. La Pintura de Historia era la forma más alta, seguida por el retrato, las pinturas de género, los paisajes y finalmente las naturalezas muertas.
Cristo de la columna es un tema iconográfico muy frecuente en el arte cristiano, relacionado a la Pasión de Cristo. La escena nace el momento que Poncio Pilatos exhibe a Jesús ante la multitud junto a Barrabás, solicitando la liberación de uno de los detenidos. El pueblo elige a Barrabás y Jesús es condenado a muerte, momento que nace el tema del ECCE HOMO. Luego es despojado de sus vestiduras y atado a una columna y sometido a diversas burlas, torturado, flagelado y llamado “Rey de los Judíos”.
La columna es símbolo del eje del mundo, la unión del cielo con la tierra, fortaleza, aunque cuando está fragmentada o rota es símbolo de martirio y muerte. Es a veces representada como una columna sustentante, que va de suelo a techo, o como una pequeña columna, de aproximadamente un metro de altura y provista de argollas, en que se ata a Jesús.
La obra que se presenta esta sustentada en un estudio anatómico masculino en que se ve un riguroso estudio de la organización del cuerpo, mediante el análisis visual con trazos de proporción adecuado y así llegar a la suma de sus partes poniendo al descubierto la estructura interna que conforma el organismo. También es magistral el manejo del encane acentuando y difuminando de una forma mágica el color para conseguir los volúmenes de la musculatura que vuelven a la representación casi tridimensional.
Luis Cadena
