OBRA DEL DIA: JOAQUIN PINTO ORTIZ

Joaquín Pinto Ortiz, (1842-1906)

Joaquín Pinto fue un pintor de vocación, de procedencia pobre. Perteneció a la segunda mitad del siglo XIX. Nació en Quito el 18 de agosto de 1842. Se educó en una escuela pública de Quito. A los veinte años, cuando abrió su primer taller, ya conocía las técnicas del óleo, acuarela, pastel, lápiz, grabado y pluma, más tarde recibió lecciones pictóricas de Rafael Venegas, Ramón Vargas, Andrés Acosta, Tomás Camacho, Santos Cevallos, Antonio Salas, para luego llegar al estudio de Nicolás Cabrera, quien constituyó un gran aporte para su formación e influencia importante para su vida. Este último le solicitó que copie la serie de dieciséis cuadros de “Los Profetas” de Nicolás Javier de Goríbar pintor ecuatoriano. De su maestro y amigo Juan Manosalvas reafirmó y perfeccionó la técnica de la acuarela y, al poco tiempo, lo superó ampliamente por la constancia, el dominio y la riqueza de sus matices.  De forma autodidacta investigó la anatomía artística, la geometría y mitología.

En 1876, Joaquín Pinto contrajo matrimonio con Eufemia Berrío, discípula suya, de familia oriunda de Medellín (Colombia). Vivieron en una casa del barrio de San Roque y con ella compartió la autoría de varias obras, en especial las ilustraciones y grabados de temas arqueológicos e históricos. Impartió clases particulares en su domicilio. Entre 1884 y 1895, fue docente en la rama de dibujo en el colegio mercedario San Pedro Pascual. En 1903, dirigió la Escuela de Dibujo y Pintura de Cuenca, gracias a la invitación del Doctor Honorato Vásquez, rector de la Universidad del Azuay, donde tituló a varios artistas de la época. En 1904, fue profesor de la Escuela de Bellas Artes fundada en Quito.

Joaquín Pinto fue catalogado como el artista más talentoso de Quito y el más ilustrado en historia del arte. Mantuvo una rivalidad con el canónigo Manuel Andrade Coronel, principal sospechoso del envenenamiento al arzobispo Checa y Barba. Fue pionero en la temática indigenista y mestiza, autor de las obras “Atlas histórico” (1910) del Arzobispo González Suárez y “Faune Malacologique de la republique de l’Equateur” (1897) Zoología de los moluscos, del autor francés Auguste Cousin. Participó y ganó premios en la Muestra Expositiva Nacional de Guayaquil, en el año de 1888 y Universal de Paris, en 1900. Su obra fue conocida fuera de Ecuador. Realizó estudios anatómicos del cráneo de Sucre encontrado en el convento del Carmen Bajo de Quito. En su casa estructuró una colección de obras de famosos pintores nacionales y fomentó una escuela de arte, entre cuyos alumnos estuvieron Jesús Baquero Dávila y José Gabriel Navarro, quien dibujó un afamado retrato del maestro.

Entre sus numerosas obras se destacan los estudios del cuerpo humano y de animales. Pintó las “Estaciones”, el “Retrato del Padre Solá”, el “Retrato de González Suárez”, la “Aparición de la Virgen de las Mercedes”, “San Pedro Pascual”, “San Nicolás de Bari”, “Soliloquio de María”, “Santa María del Socorro” obra que se encuentra en el Convento de la Merced, “La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo”, ”Entierro del niño indio”, “Santa Mariana y los niños” obra que se encuentra en la iglesia de la Compañía, “El Chimborazo”, “Cara-Ajos”, ”Dies Irae” y “Redención” considerada como su última obra pintada en una moneda de dos centavos, estas dos finales corresponden a la colección del Museo Casa de la Cultura Ecuatoriana.

Joaquín Pinto está considerado como el último gran representante de la tradición pictórica de la Colonia. Fue un auténtico humanista, pues no solo estuvo en las artes pictóricas y ciencias a fines, sino que llegó a dominar varios idiomas, como alemán, ingles, francés, hebreo y latín. En 1902, enviudó y por último falleció en Quito, el 24 de junio de 1906.

TÉCNICAS:

Las obras de arte de Joaquín Pinto son innumerables. Su producción es muy extensa e inagotable en los campos de dibujo, pintura y grabado. Esta última corresponde a los sistemas de impresión donde Pinto se inicia en el año 1859 y se caracteriza por la técnica de la litografía-piedra. En cuanto al dibujo, las técnicas usadas son: lápiz de grafito, pluma, carboncillo y en la pintura: oleo, tempera, acuarela, pastel y cebo. Los soportes que utiliza: el papel, la tela y el metal-cobre. Trabajó el boceto de forma incansable y su ingenio fue magistral. Sus obras representan figuras arqueológicas, flora y fauna local, figura humana, paisaje, retrato, caricatura y las costumbres de la sociedad de ese tiempo.

 Joaquín Pinto         “Estudio de cabezas”- lápiz/papel 
                                                  

OBRAS:

Realizó varias obras de carácter religioso, por encargo. Sin embargo, pintó por la necesidad de hacer arte. Su vocación le permitió investigar y realizar sus obras alcanzando su libertad, originalidad y estilo propio.

Exquisito acuarelista, cultivó e insistió en el tema del indígena. Le interesaba el trabajo que desarrollaban y su folklore. Entre las muchas acuarelas en que Joaquín Pinto captó fue la “Porquera” perteneciente a toda una serie  trabajada a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, como muestra de una manera personalísima de concebir el costumbrismo. También ejerció el arte de la sátira y caricatura, “Alegoría de Don Quijote” es la representación de García Moreno con lanza y caballo lacio acompañado de un clérigo juerguista embriagado, guitarra en mano. Obra con reminiscencia quijotesca.

 “Porquera” Acuarela/papel     
 
     “Alegoría de Don Quijote”  Óleo/tela           

Ocasionalmente salió de la ciudad para dibujar la naturaleza. Esto fortaleció su interés por el paisaje acorde con la corriente romanticista que llegó al Ecuador, en 1868. Dibujó y bocetó elevaciones, montañas, valles y llanuras, efectuó anotaciones sobre la flora y la fauna que le circundaban e incorporó amplias gamas cromáticas.

Destaca en su obra los autorretratos, en especial un retrato a lo divino, en el que toma la personalidad de San Joaquín, con sus símbolos iconográficos: el cordero y la niña María en brazos, además, se autorretrata tocando el violonchelo en una escena en el purgatorio junto a la Virgen del Carmen.

 “Pavo real” Acuarela/papel

 

“El Buen pastor” Acuarela/papel

 

LA PINTURA AL ÓLEO:

Los soportes que selecciona Pinto son papel, cartón, tela, madera y metal. Sus óleos se caracterizan por tener como soporte lienzos de diferente grosor y textura de trama abierta. Utiliza fondos violáceos, plomos o grises, sobre ellos realiza el boceto a pincel usando colores oscuros como el rojo indio mezclado con el negro, o sombra tostada mezclada con el negro y va delineando las formas, ya sea del paisaje o del retrato. Este sistema se observa claramente en un Ecce Homo inconcluso, atribuido a Pinto. En esta obra se distingue con claridad, los trazos de brazos y manos, se transparenta todo el proceso del dibujo a pincel, e incluso un posible arrepentimiento en la posición de los ojos.

Así mismo, este procedimiento se aplica en el óleo del cráneo de Sucre, una vez realizado el esquema o boceto a pincel, va rellenando con color las zonas marcadas y trabajando con finas veladuras.

“Ecce Homo” Óleo/tela

 

LA INQUISICIÓN (1862)  Óleo/tela    

Esta pintura, una de las más controversiales de Pinto. Muestra una de las dolorosas escenas de la inquisición, así como de la quema de infantes y mujeres al lado de canónigos y personajes importantes del clero de aquel tiempo.

Pinto asumió el reto de la perspectiva a lo pequeño. Su habilidad para el dibujo le permitió captar con rapidez al modelo, cuyo diseño lo completaba con la yuxtaposición del colorido. El tamaño natural fue la medida adoptada por el sentido clásico, que compaginaba con la perfección humana. En contraste, la miniatura exigía la contracción a lo pequeño, que reclama mayor esfuerzo y prolijidad en el artista. Pinto sigue su producción a la manera de Jacques Callot. En el circulo diminuto de un centavo compuso toda la escena del Calvario, en un marco reducido presento el juicio final del Dies Irae, en un pequeño papel volante captó la impresión de la primera luz eléctrica en Quito, en cuadros de tamaño limitado interpreto las costumbres populares, panoramas y paisajes, naturaleza muerta, aves y motivos religiosos. Son pocos los retratos y lienzos de mayor tamaño realizados por él.

Más su obra sobresaliente se realiza cuando el pintor se adentra, decididamente, por los caminos del costumbrismo: vendedores de feria, priostes, danzantes, zahumeriantes, indios de todos los sectores y de todos los oficios, aguateros, leñadores, cargadores, albañiles, campesinos y mestizos, peluqueros, ayudantes de notario y sacristanes; todos los personajes de la vida diaria alternan en este inagotable retablo costumbrista lleno de corridas de toros, procesiones populares, bailes y zarabandas, escenas domésticas y reuniones aldeanas, se involucra, por fin, en el arte, la vida del país y de sus habitantes, sin exeptuar, por supuesto, el paisaje serrano, el monumento precolombino o el rincón colonial,

 “Cabrestillo” 1889, Acuarela/papel

 

“Paisaje de Ingapirca” 1894, Óleo/papel

                               

 “Criadita” Acuarela/papel                 
“Orejas de palo” Óleo/tela                                            
“Cara-Ajos“, ¡Carajo!  Óleo/tela

 

“La Oración en el Huerto 1894, Óleo/tela

 

 

Bibliografía:

a.- Maestros de la Pintura, VELÁZQUEZ.

b.- Arte de Ecuador (Siglos XVIII-XIX).

c.- Diccionario Biográfico Ecuatoriano, Cesar A. Alarcón Costta.

d.- Crónica Romántica de la Nación, Joaquín Pinto, C.C.Metropolitano.

e.- Joaquín Pinto, Álbum particular, CCE.

f.- Internet en línea.

g.- Mundo del Museo, Todo el arte a tu alcance.

h.- La web de las Biografías, CCG.

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