En un proceso de transición que describe como ‘veloz’, Angélica Arias asumió la dirección del ministerio de Cultura. Ahora, con múltiples frentes abiertos, la funcionaria describe cómo hará frente a las dificultades a las que se enfrenta el sector.
Los cierres producto de la pandemia han afectado fuertemente a los trabajadores de la cultura. ¿Se conocen cuáles son las pérdidas para el sector?
Hicimos un análisis con la UNESCO y llegamos a una cifra de alrededor de $80 millones en pérdidas para el sector.
¿Cómo se piensa fortalecer al trabajo cultural para que se ponga en marcha una verdadera economía naranja y este aporte al PIB?
El sector cultural debe ser considerado un sector productivo. Se mueve mucho recurso económico gracias a a la cultura en nuestro país, relacionado con el turismo, con la producción, con la gobernanza local.
Haremos un impulso fuerte desde las líneas de fomento, inclusive ingresando a unos ámbitos al que no habíamos ingresado anteriormente como el tema artesanal, que ha estado muy golpeado, y el patrimonio agroalimentario.
¿Se puede decir que el sector cultural está en crisis?
Todo el país está en crisis. Aun así, vemos que las medidas que se han tomado a nivel de gobierno han sido las adecuadas y los números van mejorando. Si viéramos que la situación continúa igual que en mayo pensaría que sí, pero tras la salida de los primeros protocolos de bioseguridad, tuvimos una reactivación de $ 3 millones, entonces creo que estamos saliendo adelante.
¿Cuál va a hacer la política pública para la cultura? Con excepción de Ecuador Creativo y las líneas de fomento, esto nunca ha estado claro.
Es cierto que la Ley de Cultura que no se ha implementado, y que el Sistema Nacional de Cultura ha quedado solo en nombre, porque no ha habido una consolidación nacional. Ese es un tema urgente, pues hay que armarlo físicamente e ir cumpliendo algunas deudas pendientes, como por ejemplo el catastro de bibliotecas y archivos históricos.
A dos meses de su fusión, el IFCI se desmorona
Usted ha trabajado durante años en el manejo del patrimonio. ¿Qué se debe fortalecer?
Se necesita trabajar urgentemente con los gobiernos locales. Como sabemos, hace algunos hubo una transferencia de competencias hacia los GAD, que ha quedado inconclusa y a medias. Más del 90% de los GAD no tienen ni experiencia ni personal para gestionar el patrimonio cultural. Pero al mismo tiempo, tenemos los municipios de Quito y Cuenca que tienen mucha experiencia y son oportunidades que tenemos sobre la mesa. Vamos a priorizar el trabajo en red.
Hablando del patrimonio, la administración pasada autorizó el traslado de más de 40.000 bienes patrimoniales al edificio de Unasur. ¿Cómo avanza el proceso? ¿Hay fechas?
La Cancillería ya nos transfirió el uso de Unasur, y tenemos ya el proceso de traslado subido al sistema de Compras Públicas. Estos meses nos sirvieron para elaborar la normativa técnica que ayudará a que ese traslado se haga de manera responsable.
Tampoco se han definido fechas para el Festival de Artes Vivas de Loja, que debería llevarse a cabo el mes que viene. ¿Se definió el presupuesto?
Sí. Tuvimos que ser muy inventivos, utilizar todas las herramientas del ministerio para poder garantizar que se siga dando el festival. El presupuesto es de $237.296.
Aun no hemos dado las fechas, pero el festival será a fines de noviembre y será mixto: entre actividades presenciales, y virtuales en la nueva página web.
Parte de la selección del festival de Loja se hizo a través del IFCI, cuya situación es delicada, sobre todo tras la renuncia de todos los directores. ¿Se han tomado en cuenta las denuncias que hicieron antes de irse?
El proceso de fusión del IFAIC e ICCA ha sido complejo. Al margen de las denuncias que fueron haciendo los directores, con el Director (e), José Daniel Flores, estamos haciendo una supervisión muy fuerte. Tenemos números que dicen que la mayoría de porcentajes de los fondos de fomento se quedaban en Pichincha, había provincias a las que no llegaban nunca. No queremos que eso se repita. Se trata de un fondo de fomento que se debe aplicar de manera real a nivel nacional y no podemos quedarnos con una base de ejecución baja.
Estos denunciaron un recorte presupuestario, y dada la situación del país, no es un pronóstico descabellado. ¿Se pueden llevar a cabo los proyectos que se tienen en mente con el presupuesto actual e incluso con reducciones futuras?
La mayoría de las reducciones han sido en el ámbito administrativo y con gastos suntuosos como los viajes. Algunas de las decisiones sí nos han pegado directamente, pero esto nos ha empujado a hacer una reinvención. Por suerte somos un sector súper creativo y hemos tenidos que ser recursivos. Estamos explorado nuevas maneras de llegar a la comunidad para garantizar su derecho a la cultura.