En el Ecuador, la danza forma parte de los ancestros y tradiciones. La diversidad de agrupaciones destaca costumbres. Cada una con su vestuario irradian la historia de los pueblos.
Según Luis Palacios, integrante de uno de los grupos, bailar con vestimenta del pueblo de Salasaca es un honor, porque a través del baile se enaltece las raíces de una comunidad que tiene muchos siglos de existencia.
Igual criterio tiene Manuel Chicaiza. A sus 35 años ha participado en sinnúmero de eventos en que su grupo ha dejado en alto el nombre de pueblos como Chibuleo, Otavalo y Saraguros.
“Es una emoción especial ser parte fundamental de la difusión de la interculturalidad de mi país”, dice con alegría Manuel Chicaiza.
Con esta misma algarabía se percibe a María Sánchez. Desde pequeña le agrada la danza. Sus padres le respaldaron para conformar una agrupación que le ha permitido promocionar lo que es el Ecuador por dentro.
“Utilizar prendas de comunidades indígenas es una satisfacción. Los bailes transmiten lo que es la nación. Cada ciudad tienen su historia y hay que resaltarla”, sostuvo. (I)
FUENTE: EL HERALDO