En su dilatada trayectoria, suma más de 500 exposiciones colectivas y 200 individuales. La Cancillería constantemente pide su participación para muestras internacionales. Su última participación fue en Egipto y Turquía, en donde donó toda su colección a beneficio de los niños con cáncer.
Bastidas empezó sus primeras pinceladas en la escuela 10 de Agosto de Otavalo. A temprana edad ya participaba en los concursos de dibujo y pintura a nivel provincial. Al ingresar al colegio de Artes Plásticas Daniel Reyes, tuvo que solventarse su educación a través de su afición por el color y las formas.
Ha donado cuadros en varios países. En Bolivia, por ejemplo, su colección fue recibida por el administrador de una de las minas de Potosí y esos recursos fueron destinados a financiar las intervenciones quirúrgicas de un grupo de personas de la comunidad de Tarabuco, en Chuquisaca.
Su obra fue definida por Raúl Pérez Torres como “una cromática angustiosa y a veces violenta que se entrelaza al espacio del cuadro para darle su dimensión precisa, su profunda perspectiva”. Bastidas se cataloga como un pintor del surrealismo contemporáneo que no es tan abstracto al mostrar la paisajística andina.
“El pintor imbabureño se caracteriza por usar colores fuertes, llenos de verde y oscuro, tipo gótico. Así muestro la cultura andina en el mundo”, dice.
Eliécer Cárdenas lo describe como un artista que prefiere las tonalidades fuertes, identificadas con la fuerza. Bastidas menciona que la cromática que ha desarrollado le permite un estilo para hablar de lo que se vive en Ecuador, desde lo más cotidiano hasta lo más escondido.
El próximo mayo exhibirá en Moscú y en diciembre expondrá en la galería A3 de Israel con una colección de 36 obras, aunque trabaja en 11 obras más para enviarlas a la muestra.