Autor: Anónimo
Técnica: Óleo sobre tela
Siglo: XVIII
La Inmaculada Eucarística es una obra creada por Miguel de Santiago. Tuvo mucha acogida, razón por la que se realizaron varias representaciones ejecutadas por autores reconocidos y anónimos.
La Inmaculada Eucarística hermosamente realizada, está compuesta, en la parte superior la Santísima Trinidad en rompimiento del cielo, la representación de Cristo, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en el centro la Virgen en la advocación de la Inmaculada, en sus manos sostiene la eucaristía y a sus lados dos santos jesuitas San Ignacio de Loyola y Francisco Javier.
La Santísima Trinidad con la Imagen Tríplice de Cristo: la tradición iconográfica de los tres huéspedes de Abraham inspirada en la representación del misterio trinitario en tres figuras iguales y distintas con el aspecto de Jesucristo sentadas en una mesa con el cáliz eucarístico, realizado en un fresco del siglo XVI en el Santuario de Sacro Monte di Ghiffa.
La imagen tríplice con aspecto de Jesucristo se popularizó en los siglos XV y XVI sobre todo en Italia noroccidental y en varias iglesias se conservan muchos frescos.
La veneración por María se acrecentó durante los primeros siglos del cristianismo, en los cuales se fijan los dogmas que subrayan la importancia del papel de María, que fue concebida sin pecado original. En su culto aparece como intercesora entre los hombres y Dios, su maternidad divina, su virginidad completa antes y después del nacimiento de Cristo, su santidad, su inmaculada concepción y su asunción al cielo.
La Inmaculada Eucarística, a través de la cual se revela la íntima vinculación de María santísima con la Eucaristía, ella acompaña al encuentro con su hijo en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía. La Inmaculada refleja la misericordia del Padre, concebida sin pecado, perdonó a quien abandonaba y hería a su hijo al pie de la cruz.
La Eucaristía que lo instaura Jesús al celebrar con sus discípulos la Cena Pascual, instituyendo el sacrificio de su Cuerpo y de sus Sangre. La Iglesia considera que a ella le corresponde el mandato de establecer las normas relativas a la disposición de los ritos y de los textos para la celebración de la Eucaristía.
Las normas actuales promulgadas en la autoridad del Concilio Ecuménico Vaticano II, como el nuevo misal que la Iglesia de rito Romano, que en adelante empleará en la celebración de la Misa, constituyó un argumento más acerca de la Iglesia, su fe y su amor inalterable con el sublime misterio eucarístico.
La Eucaristía, verdadero Sacramento instituido por Cristo: Aquel que coma mi carne y beba mi sangre tendrá vida eterna. Cristo está presente en el Sacramento del altar por la Transubstanciación de toda la substancia del pan en su cuerpo y toda la substancia del vino en su sangre.
La Transubstanciación es una conversión en el sentido pasivo, es el tránsito de una cosa a otra. Cesan las sustancias de Pan y Vino, ocupa sus lugares el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Transubstanciación es una conversión milagrosa y singular diferente de las conversiones naturales, no es solo la materia prima sino también la forma sustancial del pan y del vino, sustancialmente ya no lo son, porque ellos vienen a ser realmente el Cuerpo, la Sangre, el Alma y Divinidad de Cristo.