La Biblioteca Municipal Federico González Suárez -ubicada entre las calles García Moreno y Espejo-, solía estar poblada de niños y jóvenes de escuelas y colegios del sector. Llegaban para hacer consultas con fines académicos, de autoformación, o para recibir sugerencias de nuevas lecturas.
Esta dinámica, que era similar en los siete repositorios que son parte de la Red Metropolitana de Bibliotecas, cambió a causa de la pandemia. Con el inicio del nuevo año lectivo en la Sierra, esta red de bibliotecas activó el Servicio de Apoyo Escolar.
A través de esta iniciativa, estudiantes, padres de familia y docentes pueden acceder a la información que necesitan. Los bibliotecarios realizan las búsquedas de información en diferentes fuentes y envían las respuestas a través de correo electrónico, por mensaje de Whatsapp.
Este servicio ha atendido a más de 1 000 estudiantes de escasos recursos económicos de la ciudad. Liset Lantigua, directora de la Biblioteca Municipal, cuenta que están trabajando con el Ministerio de Inclusión Económica y Social para incluir en el programa a niños y adolescentes de centros de acogida.
La Biblioteca Aurelio Espinosa Pólit era uno de los repositorios que mantenía una afluencia frecuente de visitantes en el norte de la ciudad. Este espacio también ha activado un servicio de consultas, a través de su correo institucional y redes sociales. La ventaja con la que cuenta esta biblioteca es que tiene más de 10 millones de páginas digitalizadas, que pueden ser consultas a través de su sitio web.
Entre esos documentos hay 7 000 ejemplares de material cartográfico, entre mapas y planos y una colección de 20 000 fotografías antiguas. La Biblioteca Nacional del Ecuador es otro de los repositorios que activará las consultas en línea y consultas telefónicas.
Este servicio estará disponible, a medida que lleguen a la nueva sede los fondos documentales que están en la Casa de la Cultura Ecuatoriana. En estos días, por ejemplo, se está trasladando la Hemeroteca Contemporánea, que es uno de los fondos más consultados por adultos mayores. Otra de las alternativas para las consultas en la Biblioteca Nacional será el acceso a los 19 607 documentos digitalizados, que estarán disponibles desde finales de este mes y que permitirían activar la Biblioteca Nacional Digital.
Para Lantigua, una de las cosas que se ha develado con la pandemia es la necesidad de que las bibliotecas públicas realicen préstamos externos de los libros. Cree que para la Red Metropolitana de Bibliotecas, el retorno tendrá sentido si fortalece este servicio.
En países como Estados Unidos, las bibliotecas han llevado su trabajo para ayudar a cerrar la brecha digital a una nueva etapa.
En Denver, por ejemplo, el sistema de bibliotecas públicas lanzó un servicio de computadora portátil emergente y prestó los dispositivos a los usuarios que estaban afuera en las mesas durante sesiones de 30 minutos. Según un reportaje publicado en The City, las bibliotecas, en este país, han obtenido fondos adicionales para wifi y otras tecnologías, incluso hay algunas que están prestando sus salas Zoom para que las usen en reuniones locales y permitir el teletrabajo.
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