La música es un elemento fundamental de la fiesta, antes de la conquista española se evidencian instrumentos musicales de viento como dulzainas, ocarinas, flautas, rondadores, elaborados con huesos y plumas de ave.
Los ritmos ecuatorianos tradicionales están marcados por la influencia autóctona, europea y africana. Para los instrumentos de percusión se utilizaban troncos, pieles de animales curtidas y lascas minerales.
Con la llegada de los españoles se introducen instrumentos cordófonos como la guitarra, el violín, el requinto, así como aerófonos como la trompeta, el clarinete, el saxofón. En la actualidad, se observa un notable cambio, ya que los ritmos foráneos se han fusionado con los ritmos autóctonos. Se incorporan los instrumentos electrónicos y se forman ritmos como el rock folk, el techno sanjuanito, hip hop andino, entre otros.
MÁSCARAS FESTIVAS DEL ECUADOR
La máscara, al igual que el disfraz, es un elemento central en la fiesta popular ecuatoriana, imprescindible para ejecutar determinadas danzas, representando a un ser mitológico, un animal sagrado, a los antepasados, al diablo, o simplemente al payaso, mestizo o indígena, presente en todas las fiestas del país.
Los grupos de cazadores-recolectores de Ecuador utilizaban máscaras para atrapar el espíritu de los animales antes de cazarlos, en sus ritos y ceremonias festivo-religiosas y desde hace al menos 6 mil años se registra la elaboración de una gran variedad de máscaras funerarias en oro, plata, cerámica, y en la actualidad, malla, papel, hojalata, madera, lana, con múltiples representaciones de la vida y la muerte.
Las máscaras otorgan una identidad sobrenatural a su portador, ya sea con fines fúnebres —cubriendo el rostro de los muertos para prepararlos en su viaje al más allá— para protegerse contra los malos espíritus, adoptar el espíritu de dioses y antepasados o adquirir los atributos de ciertos animales. Las caretas, por su parte, permiten ocultar la propia personalidad y asumir otra en el mismo plano humano. Las caretas populares en Ecuador están presentes en contextos recreativos; fiestas de Fin de Año, Día de los Inocentes, Carnaval, fiestas de las cosechas, Pases del Niño, y muchas más.