Así, la compañía de danzas folclóricas costeñas Retrovador toma por ejemplo pasillos o pasacalles del compositor afroesmeraldeño Tomás García Pérez y es una forma de bailar música.
«Vamos a bailar temas de Tomás García desde una lógica del afrodescendiente en Guayaquil», indicó el investigador y folclorista Wilman Ordóñez, director de Retrovador. «Nos ponemos a pensar también cómo se puede ser un paso en el camino, el pueblo que se reivindica ahora como la guía y otras organizaciones».
El próximo 26 de abril, en el teatro José Martínez Queirolo de la Casa de la Cultura, núcleo del Guayas, en Guayaquil. A los 20 bailarines se unirá al grupo musical Porteños –quinteto de acordeón, requinto, guitarra, voz y percusión-, un elenco de amorfinos, décimas y teatro costumbrista.
Entre los invitados también se encuentra Hugo Jiménez Contreras, un juego que se llama el nuevo Don Toribio de Puebloviejo y quien se presenta en una escena con la guitarra contrapuesta, con «aires albaceros y los montuvios de Los Ríos» .
«Será una noche para aprender y divertirse con el humor, los cantos y las coreografías que definen y articulan las tradiciones del puerto con las tradiciones campesinas de la Costa», dijo Ordóñez, quien se autodefine como montuvio del ‘Puerto Principal’. Una forma de activar la memoria sociocultural de los asistentes por el Día de la Danza (que se celebra el 29 de abril) el grupo busca poner a bailar al público en el escenario, en un momento de la gala.
Retrovador ha investigado y representado desde hace 33 años las danzas de las etnicidades y el mestizaje del Litoral ecuatoriano, sobre todo los bailes montuvios y porteños. En ese ámbito, el grupo de polkas de punta y talón y polkas cruzadas como Saca tu pie, La puerca raspada, El tábano o Los traviesos. Además, presentamos bailes de zapateos, tonos de golpe de tierra, chigualos, valses, pasillos y pasacalles.
Las polcas se alternan con las piernas cruzadas, con saltos y zapateo, con pasos de taco-punta-punta-talón, explica el coreógrafo Byrone Prieto. Él baila en el conjunto desde hace 20 años y es el coreógrafo de Retrovador hace cinco.
“Son coreografías de mucha fuerza, que se apropian y transforman la herencia española”, explicó Prieto, de 28 años. «La compañía recrea y resignifica la danza que hace parte de nuestra identidad».
A la polca, que nació en Europa central pasó por París y que se difumina en América con una lógica más española, el montaje de un sello de identidad. Así lo describe Ordónez. “Es una estética agrícola y montañosa y los resultados en La puerca raspada, en las balas de golpes de tierra y zapateo”.
