OBRA DEL DÍA: ADORACIÓN DE LOS PASTORES

ADORACIÓN DE LOS PASTORES

Autor: Anónimo

Técnica: Óleo sobre madera

Siglo: XVIII

 

Adoración de los pastores es la denominación convencional de un episodio evangélico y un tema muy frecuente en el arte cristiano.

Como parte del ciclo de la Natividad, se sitúa inmediatamente después del nacimiento de Jesús y de la anunciación a los pastores. Tras recibir el mensaje angélico de que el Mesías ha nacido, los pastores acuden al lugar del nacimiento, típicamente descrito como un pesebre. Se basa en el relato del Evangelio de Lucas, que no aparece en ningún otro de los canónicos.

En esa misma región, se encontraban unos pastores que pasaban la noche en el campo turnándose para cuidar los rebaños. Sucedió que un Ángel del Señor se les apareció, la gloria del Señor los envolvió en su luz llenándose de temor. El ángel les dijo: No tengan miedo, les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, Cristo el Señor. Esto les servirá de señal: Encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían: Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad.

Cuando los ángeles partieron, los pastores se dijeron unos a otros: Vamos a Belén a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer.

Fueron de prisa y encontraron a María, José, y al niño que estaba en el pesebre. Cuando vieron al niño contaron lo que les habían dicho acerca de él y cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían.

María guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas. Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído, pues sucedió tal como se los había dicho. Paz a los hombres de buena voluntad.

Las convenciones del tema permiten a los pintores relumbrar con el tratamiento de la luz, al tratarse de una escena nocturna y poderse establecer el cuerpo del Niño Jesús como un foco espiritual, permite además la pintura de animales y el tratamiento diferencial de los ropajes, de las expresiones y las carnaciones.

La representación de la escena se adaptó a la nueva sensibilidad de la plástica gótica, en la que se busca un Cristo más humano y se insiste en su pobreza.

La Adoración de los Pastores, obra que se caracteriza por su prolijidad e ingenioso manejo artístico, prueba el sincretismo imperante en el período de la Audiencia de Quito, engrandece en características plásticas la valiosa colección que se muestra en el Museo de Arte Colonial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”.

 

 

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