OBRA DEL DÍA: EL PONCHO DE CACHA

 

El particular poncho de Cacha es un contenedor de la sabiduría ancestral que aún no ha sido decodificado. La chakana, por ejemplo, es un calendario astronómico y agrícola que se usa para planificar la siembra, cosecha y preparación de la tierra, según las estaciones y la ubicación de la luna; además muestran el puente de unión entre el hombre y el cosmos; así como los elementos esenciales para la vida: fuego, aire, tierra y agua, y las cuatro direcciones. Los ponchos de Cacha conservan la sabiduría de la cosmovisión andina.

 

 

 

 

El entramado de tonos blancos entre los hilos rojos del poncho es la característica que distingue a las prendas manufacturadas en Cacha, una parroquia indígena de Chimborazo. Antiguamente, los ponchos se tejían en telares artesanales de cintura con hilos de lana de borrego. Hoy también se manufacturan en telares modernos y con hilos sintéticos que son más suaves al tacto y más livianos. Pero lo que no ha variado son los tonos rojos y blancos, y las chakanas andinas en el entramado.

 

 

 

 

 

Los telares  que usan, diseños y colores tradicionales

 

Los habitantes de Cacha elaboran prendas cuyo uso los diferencia del resto de comunidades. La venta de los productos permite vivir a muchas familias.

Cacha es una población antigua perteneciente a la nacionalidad Puruwa, en la provincia de Chimborazo. Allí se mantienen vivas las tradiciones y costumbres heredadas de sus antepasados. Una de ellas es el tejido en telar que se ha mantenido bajo diferentes matices. Utilizando telares de pedal o de cintura, los artesanos entretejen el hilo de lana de borrego, de algodón o de orlón y fabrican diversidad de prendas como ponchos, fajas, bayetas, sacos, kushmas y anacos, además de shigras y cintas para envolver el cabello de la mujer.

 

En su textilería plasman la cosmovisión de su pueblo, su relación con la naturaleza, su organización social, su cotidianidad y su religiosidad. Hombres y mujeres han aprendido de sus padres y abuelos este arte de origen ancestral que tomó repunte durante la época de la Colonia, cuando se obligó a los indígenas a trabajar en los obrajes, para pagar tributos.

Cada pueblo tenía su habilidad de tejer, coser, bordar, combinar colores y con acabados perfectos de acuerdo con el gusto, la creatividad. Por eso los españoles utilizaron como esclavos a los artesanos que producían elegantes telas que eran enviadas al rey de España.

 

Los telares muchas veces son elaborados e instalados en sus viviendas por los mismos artesanos. Consisten en herramientas sencillas que incluyen las atambas, que son dos varas donde se colocan los hilos de lado a lado para tejer o las calluas, que son los maderos con los que se golpea el tejido para prensar.

 

 

 

 

 

El rojo representa a la sangre como vitalidad de los seres vivos. El verde el florecimiento, el azul a la Mama Kucha (océano) raíz de la existencia, el blanco al  nuevo amanecer, el celeste a la atmósfera y el negro expresa el sentimiento del corazón, la tristeza, el dolor, la noche y la Allpa Mama o Madre Tierra. 

El poncho es utilizado en las labores de  la cosecha, viajes y ceremonias ancestrales o rituales. La mayoría de ponchos son elaborados con la  lana de alpaca u oveja que enmarca la pertenencia de una persona a una comunidad como por ejemplo el  pueblo Otavalo que utiliza uno de dos caras, uno azul marino y otro con colores con figuras cuadriculadas.

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