OBRA DE LA SEMANA: PACHAKAMAK ANTIGUO DIOS ANDINO DEL UNIVERSO

La palabra Pachakamak significa alma de la tierra, el que anima el mundo. Los antiguos creían que un solo movimiento de su cabeza ocasionaría terremotos. No se le podía mirar directamente a los ojos, e incluso sus sacerdotes ingresaban al recinto de espaldas. Es una deidad protectora y proveedora a la existencia de la vida; cobija a los seres humanos, posibilita la existencia en el Geo, favorece la fecundidad y la fertilidad.

En la mitología andina, Pachakamak significa en Kichwa: Pacha = tierra y Kamak = creador. Es el creador de la vida, es un ser superior del Hanan Pacha, es una divinidad principal de la costa central de América del Sur, fue considerado controlador del equilibrio del mundo, un mundo plano que terminaba en el mar. Pachacámac aparece como dios del fuego e hijo del dios sol, se creía que era el rejuvenecedor del mundo creado por Wiracocha. Además, estaba vinculado a los movimientos sísmicos, los temblores y terremotos que eran expresión de su enojo.

En la mitología de los paracas y los nazcas, derrotó a KON su primer creador y destruyó toda su obra. El escritor Inca Garcilaso de la Vega escribió: Si me preguntaran hoy, cuál es el nombre de Dios en mi idioma, respondería ‘Pachakámak’, ya que, en la lengua general de Perú, no hay otra palabra que exprese tan bien el concepto de dios. Según Rafael Karsten, Wiraqocha y Pachacámac podrían significar dos nombres diferentes de la misma divinidad, el primero para las zonas montañosas y el segundo para la región llana de la costa del Pacífico.

Su culto fue Iniciado en el periodo formativo tardío 200 a. C., en su honor se elevó uno de los templos más hermosos, un gran centro ceremonial que se sitúa en una zona desértica y plana, a poca distancia del mar, con la llegada de los Wari (650 d. C.), fue adoptado y se mantuvo. Entre el 900 y 1.450 con la cultura Ichma fue venerado en su templo homónimo, famoso por el culto oracular, situado en la desembocadura del río Lurín, al sur de la actual Lima, que finalmente se convirtió en el centro de peregrinación más importante del Tawantinsuyu cuando se consolidó el dominio incásico, el culto fue fortalecido y se extendió a otras zonas de los Andes, cubriendo lo que hoy es Ecuador, Bolivia, Colombia, Chile y la zona norte de Argentina. Se convirtió en una huaca poderosa y temida dentro del panteón inca. De todos los rincones llegaban gente con ofrendas para el poderoso dios. Uno de los edificios más emblemáticos del santuario es El Acllawuasi, una estructura construida en tiempo inca, donde se educaba y capacitaba a mujeres seleccionadas de todo el Tawantinsuyo, mujeres conocedoras de toda la información sobre la predicción del clima y de las acciones políticas. Ellas ejecutaban el oráculo de este templo, luego de mantener varios días de ayuno.

Luis Millones manifiesta que el culto a Pachacamac subsiste en la actualidad; pese a las constantes campañas de extirpación que se realizaron durante la época colonial. La deidad, que disponía los temblores en la cosmovisión andina, se ha mimetizado en el culto católico popular del Señor de los Milagros y Señor de Temblores en el Cusco, evocado magistralmente por José María Arguedas en su novela Ríos profundos.

 

 

 

 

 

FUENTE:

http://ufe-perou.com/es/pachacamac-creador-de-la-tierra/

https://www.mitologia.info/pachacamac/

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