IMBAYA, LA LAGUNA DE YAHUARCOCHA
Lago de Yahuarcocha
desde el mirador de San Miguel, Ibarra, Ecuador
Los ecuatorianos casi hemos olvidado algunos referentes geográficos que han marcado hitos muy importantes en nuestra historia. La conquista incásica se selló a costa de la sangre de miles de nativos y dueños de las tierras de la mitad y que, posiblemente no pudieron ser sepultados, ya que fueron arrojados al fondo de una laguna. Las fuentes dicen que se llamaba originalmente Imbaya o Cochacaranqui.
Hacemos reminiscencia de la hoy llamada, Laguna de Yaguarcocha, ubicada en la Provincia de Imbabura, a cuatro kilómetros de la ciudad de Ibarra y a unas dos horas de la ciudad de Quito. Yahuarcocha es un vestigio vivo de los tiempos postglaciares, con una antigüedad mínima de 12.000 años. Tiene un espejo de agua de 257 hectáreas. Yahuarcocha significa Lago de Sangre, que se deriva de las raíces Kichwas: yaguar=sangre y cocha=lago, lengua que se habla principalmente en la región de los Andes en Sudamérica.
Yaguarcocha, nos recuerda la historia, fue escenario de un de enfrentamiento entre los Caranquis y los Incas en 1486, en una terrible y sangrienta batalla que culminó con el triunfo de Inca Huayna-Cápac. El que una vez declarada la victoria en su favor, ordenó matar a todos los hombres capaces de tomar las armas, donde murieron más de 30.000 hombres y sus cadáveres, arrojados a la laguna, tiñendo de rojo sus aguas. La laguna apareció entonces a la vista de los indígenas como un mar de sangre que, aterrados le apellidaron Yaguar-Cocha, nombre con el cual se la conoce hasta ahora.
Actualmente, la laguna se ha convertido en uno de los principales centros turísticos de la provincia de Imbabura, rodeada de miradores naturales y un entorno de cultivos y terrenos de indígenas. Además, circunvala la conocida y espectacular laguna el Autódromo Internacional José Tobar, bordeado por un bosque de eucaliptos en el extremo. Cerca de Laguna están las Tolas de Socapamba, es un sitio de «montículos» con los restos de los caídos, localizado al pie de La Cordillera de Angochagua a un costado de la Panamericana Norte.
Yahuarcocha es históricamente importante porque hay estudios realizados por investigadores que afirman que es un área que contiene evidencia arqueológica muy amplia e inexplorada. Las fortalezas incas construidas en la época de la batalla han sido descubiertas recientemente cerca de un volcán extinto llamado Pambamarca. El descubrimiento les aportó evidencia a los arqueólogos sobre la guerra de los incas poco tiempo antes de la conquista española. Se ha identificado que veinte fortalezas fueron construidas por los incas y dos por los cayambis. La evidencia sugiere que hubo una frontera pre-colombina o línea fronteriza, la cual, dicen los expertos, existió entre las fortalezas incas y las fortalezas de los indígenas cayambis. El descubrimiento aportó evidencia arqueológica que apoya lo que se creyó pura leyenda, contada repetidamente por los españoles cuando ingresaron a Sudamérica durante los siglos XVI y XVII.
El genealogista ecuatoriano Guillermo Bossano, asegura que la defensa nativa, debió combatir en las tierras de Cochasquí, Cayambe, Guachalá y Caranqui, donde los rebeldes, dirigidos por los caciques Nazacota Puento (cayambis) y Pinta o Pintag (caranquis), resistieron por años y se aliaron con las tribus de Pasto. La ciudad de Quito fue el centro habitado por los colonos cuzqueños y se convirtió en un importante centro imperial. Desde ahí el Inca gobernaría su imperio durante ese conflicto.
Luego de la sangrienta batalla de Imbaya, Pintag fue calificado como bárbaro por el cronista Montesinos y como valientísimo por Sarmiento de Gamboa. Narra que Pintag escapó con seis mil soldados quiteños para establecerse en los fríos y difíciles páramos del Antisana. Desde allí reorganizó una perseverante guerrilla contra el inca, al que mantuvo desconcertado durante meses. Sarmiento de Gamboa, resumiendo el contenido de los quipocamayos de Toledo, narra así el final de la sangrienta invasión y conquista del Reino de Quito por Huayna Cápac:
…y despachó un capitán con gente en seguimiento de Pinta que iba huyendo y haciendo mucho mal. Y le siguió, hasta que Pinto se metió con sus compañeros en una montaña, en donde se escapó por entonces, hasta que, después de que Huayna Cápac hubo descansado algunos días en Tomepampa, supo que andaba por las montañas y le hizo cercar y atajar las entradas y salidas de todas aquellas montañas, y así, fatigado de hambre se rindió él y los suyos.
FUENTE:
«HUAMBRACUNA La epopeya de Yahuarcocha». Alfredo y Dolores Costales
ABYA YALA,2002.
https://es.linkfang.org/wiki/Batalla_de_Yahuarcocha
Almeida, José Echeverría, Arqueología de una batalla,2007.