«BARROCO»: CATÁLOGO VIRTUAL DEL ARTISTA PABLO ORTEGA

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TRAYECTORIA ARTÍSTICA

Es Licenciado en Artes Plásticas y Diseño por la Universidad Técnica Particular de Loja, y gestor artístico. Ha desarrollado profesionalmente su actividad artística desde el 2012 exponiendo sus obras en varias galerías del Ecuador, en ciudades como Guayaquil, Cuenca, Loja, Machala y Otavalo. En su ciudad natal, además de exhibiciones, ha realizado demostraciones de escultura en vivo en Amaluza, Celica, Cariamanga, Quilanga, Catamayo y Vilcabamba. En 2018 construyó un monumento público para El Pangui, cantón de la provincia Zamora Chinchipe.

Hasta ahora ha participado en más de 30 exposiciones colectivas y cuenta con cinco exposiciones individuales.

Pablo Ortega, hacia un desplazamiento barroco

El nombre de la colección que muestra Pablo Ortega “Barroco” obedece más a una pretensión que al carácter de las piezas que la conforman: dos dibujos a lápiz y trece esculturas en terracota. La pretensión es por demás legítima, habida cuenta de que el artista tiene plena conciencia del momento que atraviesa su trabajo. Tras casi una década de trayectoria, evalúa una producción marcada por las pautas de una belleza clasicista y siente la necesidad de dar un giro al ritmo de la emotividad, un paso de la tranquilidad académica al despliegue de inquietudes y sorpresas.

Detengámonos pues en el carácter de la colección y, sobre todo, en las esculturas, que obedecen a una génesis que en nuestro artista combinan la marca de la preparación universitaria, su interés por la artesanía y una firme confianza en la belleza. Pablo Ortega estudió en el ambiente de la Universidad Técnica Particular de Loja, y su programa de Artes Plásticas y Diseño. La formación en escultura ponía el acento en el modelado en arcilla de la figura humana y el retrato, con atención a un adecuado uso de las proporciones. Se destaca aquí la asimilación que hace Pablo tanto de las enseñanzas como de la obra de Boris Salinas, aunque sea más del lado de su técnica que de su estética. Esto se deja ver en el dominio que ejerce aquel cuando aprovecha la plasticidad de la arcilla, pero también en el gesto de buscar y aprender au vif de sus propios modelos.

El cultivo del oficio coloca a Pablo junto a los mejores escultores en cerámica de la ciudad, fruto de un interés que se remonta a la admiración que ha sentido por los artesanos desde la etapa temprana de su formación. La mayoría de las piezas de esta muestra evidencian en su expresión los esfuerzos por el dominio técnico, mientras que el contenido remite insistentemente al imaginario grecolatino clásico, renacentista y romántico. Es el caso de las máscaras y retratos, pero también de Venus y Marte, inspirados en la estatuaria antigua, y La edad de la ira, que imita la maniera miguelangelesca o la interpretación del Beso de Rodin, en Sempiterno. Una y otra vez, Pablo acude con confianza al orden, la mesura y la proporción, sin que la emoción se desborde, incluso cuando el tema lo exigiría, como sucede con la cabeza del decapitado Holofernes.

De todas las esculturas, La edad de la ira se aproxima más al afán de exploración barroca que Pablo comienza a emprender. Se trata de una pieza que invita a mirarla desde distintos puntos de vista, pues desaparece el esquema centrado que caracteriza a las demás, a favor del movimiento que sugiere el uso de la diagonal. El gesto de la figura se enriquece con el juego de luces y sombras que brinda la torsión de los miembros. En fin, toda una articulación propiamente barroca entre contenido y expresión que esperamos ver desarrollarse en los futuros trabajos del artista. Cabe esperar también que las incursiones barrocas o, quizá debamos decir, neobarrocas de la escultura de Pablo contribuyan a enriquecer los puntos de vista ante la manera en la que asumimos los cuerpos y figuras en la escena local del arte contemporáneo.

Diego S. González Ojeda

OBRAS QUE INTEGRAN LA MUESTRA

Máscara masculina, 2012,

terracota, 29 cm.

Antifaz masculino, 2014,

terracota, 17 cm.

Holofernes, 2015,

terracota, 20 cm

Adán, 2016,

terracota, 36 cm

Isabel, 2017,

terracota, 25 cm

Retrato griego, 2018,

terracota, 25 cm

Ana, 2020,

lápiz sobre papel, 22 x 14 cm

Camila, 2020,

lápiz sobre papel, 22 x 14 cm

Marte, 2015,

terracota, 64 cm

Venus, 2016,

terracota, 54 cm

Edad de la ira, 2019,

terracota, 25 cm

El poeta, 2020,

terracota, 30 cm.

Amor líquido, 2013,

terracota, 71cm

Sempiterno, 2019,

terracota, 35 cm

Luna, 2019,

terracota, 33 cm

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