Catálogo virtual Crucigramas Urbanos del lojano César Mallaguari

Loja, 16 de julio de 2020

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Visual 2020

Esta programación generada desde la Casa de la Cultura Núcleo de Loja a través de la Administración de las Salas de Exposiciones, se ha propuesto reprogramar la agenda de exposiciones aprobadas para el 2020, como respuesta a la actual situación de emergencia que vive el país y el mundo. Por ello, se concibió la exhibición de obras de autoría de destacados artistas lojanos, seleccionados tras un proceso de convocatoria pública para ser difundidas en la modalidad virtual y presencial.

En la modalidad virtual, con la extensión del espacio accesible a los contenidos, se facilita la acción inmediata y única de la observación, y a la vez, se amplía la cantidad de propuestas que el público puede disfrutar en menor tiempo. Por su parte, en la modalidad presencial, este mismo hecho de relación inmediata que inicia en el ojo, se extiende hacia otros más duraderos y propiciadores de sensaciones que devienen de la propia presencia y materialidad del objeto de arte. Por tanto, el título del programa de exposiciones opta por reafirmar en lo visual, ese primer y más potente punto de contacto del ser humano con la diversidad de las propuestas artísticas, donde hay exclusividad de la mirada del observador hacia el objeto dispuesto ante él y sucede la experiencia detonante que permite la construcción de dimensiones significativas de ese objeto.

La escena artística local ha mostrado una importante y dinámica actividad que da cuenta de su vigor, prueba de ello son la apertura de espacios independientes y alternativos de exhibición y comercialización, y las numerosas exposiciones individuales y colectivas que han acogido las salas de exposiciones de la CCE Loja.

Varias piezas de la autoría de estos agentes activos del campo del arte local conforman este programa que, con un criterio inclusivo, pero a la vez selectivo, congrega nueve exposiciones elegidas por su potencial creativo y crítico, así como por su destacada materialización en piezas que se definen en el marco de las artes plásticas, sector priorizado para cumplir el objetivo del Fondo de Apoyo a las Artes Plásticas concebido por el actual Directorio de la CCE Núcleo de Loja, liderado por Diego Naranjo Hidalgo.

Si bien algunos de los artistas seleccionados se han caracterizado por una producción intermitente, lo han hecho siempre de manera virtuosa y comprometida; por lo que es acertada su consideración en esta programación que no reemplaza a los procesos anteriores de exposición, sino que, ante el reto actual de conferir una nueva estructura de relaciones entre obra, contexto y espectador, se resignifica.

Del Crucigrama Urbano a un Neoexpresionismo

Autor: Marco Montaño

Cesar Enrique Mallaguari Carrillo, artista nacido en la ciudad de Catacocha, ha estado activo en múltiples eventos de artes plásticas y visuales. Lo conocí en los talleres de la Carrera de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Loja, destacándose siempre por su inquietud por hacer un arte que refleje su entorno vital en un sentido de afirmación personal para sentirse realizado y vivo, sin dejar de ser parte a la vez de este entorno urbano y rural profundamente contradictorio.

Lógicamente, el artista debe tener sentimientos encontrados por el bullente cambio en la ciudad de Loja, que ha experimentado un salto de la somnolienta ciudad de mediados del siglo pasado, a la urbe con el mayor parque automotor del país en relación a su población; a esa ciudad que ahora se desborda por las colinas circundantes y que en un pasado cercano parecían límites inexpugnables; a esa ciudad que vive del recuerdo de su poética campiña lojana y hoy se ve transformada por una gran cantidad de urbanizaciones y un parque industrial; a esa añorada ciudad que ya no es lo que en otro tiempo fue y que se adentra en el mundo del adelanto comercial con nuevas perspectivas, asimilando el ritmo de la vida contemporánea.

Posiblemente, Cesar enfrenta esta propuesta como una respuesta o como catarsis emocional, debido a su apego por el extraordinario paisaje rural y natural que tiene su natal cantón Paltas, a sus pueblos con delineación única y a su pintoresca Catacocha, con su estructura urbana al borde de un hermoso barranco y su extraordinaria arquitectura popular que se acomoda de abajo hacia arriba sobre un empinado terreno rojizo.

CRUCIGRAMAS URBANOS

La propuesta pictórica se desenvuelve en el plano bidimensional superpuesto en una diversidad de soportes como lienzos, yutes y aglomerados, sobre los que maneja una variedad de técnicas que hace entrever una curiosidad por la experimentación. Cesar mantiene siempre ese atisbo insatisfecho del creador plástico, pudiéndose observar que su obra se caracteriza por la utilización de técnicas experimentales mixtas.

La obra tiene un dibujo muy preciso, muy delineado, casi técnico se podría decir, especialmente cuando trata de representar las marcas, las imágenes corporativas como elemento y recurso plástico que activan la composición para que el espectador concentre su visión sobre estos elementos, con esto, ya no hay motivo para que se desvíe la vista del elemento central o dominante.

En la mayoría de sus obras aparecen personajes en un segundo plano con un tratamiento lineal casi en relieve que más bien parece hecho con pincel empapado de esmalte. Personajes estos que, además de perturbadores, tienen un sentido simbólico de la angustia y de la desesperación infinita y que parecen estar al borde de la locura por tanto estrés, constituyendo un dibujo a manera de conjuro entre lo mágico-ritual y la pura representación, un conjuro contra toda esa avalancha ensordecedora que cambia el sentido y percepción de la vida, contra esa sociedad de consumo que se entroniza en el paradigma occidental de “ser es tener”, aunque te consumas la vida misma. Aquí la vida no tiene el concepto de existencia biológica, sino de sentido de la experiencia como dirían los maestros de las teorías estéticas, lo cual se puede vislumbrar o mejor dicho interpretar en las obras:  Plateada agresión, Dieta de hojaplacas y Lojanidades de consumo, donde además plantea la rotulación literal como recurso y elemento plástico que fuera esgrimido por connotados artistas de otras épocas y esencialmente de la Vanguardia  y Posvanguardia y que según Arnason: “Todos estos vocablos aluden a una amplia variedad de esfuerzos para reinstalar el misterio y la magia de las letras, palabras y símbolos verbales y pictográficos, poniendo de relieve su naturaleza visual”.   (Arnason, 1968, pág. 626)

Dieta de hojaplacas

En lo que respecta a la relación figura y fondo se puede anotar que en la mayoría de sus pinturas hay un predominio de fondos verdes turquesas en forma de manchas más o menos regulares, distribuidas sobre un dibujo planimétrico de un plano recuperado a manera de collage de la ciudad de Loja, en la que predomina una especie de lenguaje sígnico y simbólico, a excepción de otras obras en las que el color del fondo tiene un tratamiento cálido, muy intenso, con naranjas, rojos y negros, sin una definición exacta entre figura y fondo, como se puede apreciar en las obras Instigador urbano 1, Alta tensión vehicular y Mañana no será lo que quiero. Cabe recalcar, que en toda su obra se encuentra a veces muy definida y en otras se adivina la estructura urbana caótica y explosiva que nos recuerda a esas pinturas de los futuristas italianos, mientras que en otras simplemente es el fondo lenificado de la misma trama, pero menos activo, con el objetivo de dar un protagonismo más fuerte a las figuras dominantes.

Cesar tiene una forma especial de manejar los colores que en ocasiones aparecen extremadamente contrastados, complementarios, muy cortantes, como el turquesa versus el naranja y el rojo. En la mayoría de sus arreglos plásticos formales son predominantes los colores planos sin que se aprecien indicios de perspectiva lineal ni perspectiva aérea, constituyendo composiciones hasta cierto punto asfixiantes, lo que acrecienta ese sentido de opresión y de estrés que puede generar el bullicio de una ciudad sobre los transeúntes tradicionales y más aún sobre los  recién llegados que tratan de adaptarse a la ciudad como la portadora de las bondades de trabajo y bienestar, y que por razones de la publicidad mediática no se lo encuentra en el ambiente rural, representando así el reflejo de las contradicciones dialécticas entre el campo y la ciudad.

La técnica pictórica no es de modelación del volumen y el espacio por medio del color, lo que nos recuerda más bien a esas técnicas desarrolladas por el Pop Art estadounidense de los años 50 del siglo pasado, con figuras contrastadas y definidas, que son representación de elementos que se recortan sobre el fondo, como un recurso plástico interesante y muy útil para darle ese sentido de protesta (casi de cartel) al tema tratado.

Las obras son realizadas en formatos medianos que nos acercan a los formatos del anuncio publicitario ya casi desaparecido ante la arremetida de las redes y los nuevos formatos de la mercadotecnia, tan manejables y efectivos al enviar mensajes contundentes al observador. Por otra parte, hay que tomar en consideración que no se trata de una obra de línea didáctica, que sería fatal para una pintura, es una obra de carácter expresionista, de fuerza, de contundencia, que pretende decir o exteriorizar un sentir de la vida, tal vez un desarraigo, o una especie de nostalgia explosiva, algo así como adelantarse a los eventos o escenarios de la sociedad combustible que lo devora todo, hasta los minutos más íntimos en una cadena de eventos con espacio y tiempo encogidos por la globalización, la realidad virtual, por los mass media y las implacables redes sociales.

La muestra que ha realizado Cesar tiene unidad en lo proporcional y unidad en la variedad e interrelación de formas, que permite distinguir formas en relación de tope, formas superpuestas y sumatorias de formas que generan otras formas, fundamentalmente en las últimas pinturas S/T.333,  en las cuales se aleja de esas reminiscencias del Pop Art y se acerca a una línea propositiva de un Neoexpresionismo posiblemente más radical o que podría considerarse también como un ensayo en la aventura creativa en la que se puede intuir un buen manejo de la composición y los recursos plásticos.

S/T.333

Una de las características fundamentales de la obra, se podría decir que es la unidad indisoluble entre el lenguaje y el signo. Mallaguari escoge los elementos que integran la composición tratando a toda costa de evitar la casualidad de los mismos, la disolución de la forma, la agitación y la confusión, aunque en sus nuevas intenciones ya se adivina una posición más sugestiva, más informal y más libre de esas repercusiones y mensajes directos. La variedad formal y figurativa provoca la novedad, la evolución de sus signos urbanos transformados en símbolos, como nuevos elementos culturales de la globalización.

Mientras quede algo por hacer 

Cesar Mallaguari Carrillo nos manifiesta que:

Al analizar con detenimiento el tema de la dialéctica del hombre en el entorno urbano y a su vez la resolución plástica en mis obras, puedo advertir que mi trabajo intenta ubicarme en un plano propositivo, de reflexión y análisis.

Sin duda alguna, su obra nos lleva a la reflexión y al análisis, aunque puede parecer muy lógico y racional este planteamiento, sin embargo, en sus últimas obras se puede observar que van más allá de eso que él llama “reflexión y análisis”, acercándose más al planteamiento del literato expresionista alemán Edschmid, al que muchos historiadores y teóricos del arte citan: “…el Expresionismo… no cuenta, vive” (Micheli, 1966, pág. 80).

Finalmente, todo lo que se ha planteado en esta presentación a manera de análisis, no es nada más que una interpretación personal de la interesante y original obra de este distinguido artista.                                   

Obras     

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