La Galería Nacional Virtual de la Casa de la Cultura presenta la exposición “Fragmentos” de la artista Piedad Estela Lima Cueva, una propuesta de la Casa de la Cultura Núcleo de Santa, este miércoles 9 de septiembre, a las 19:00, por las Redes Sociales de la Casa.
Piedad Estela Lima participó de una entrevista en Zona Cultura, programa informativo de las radios de la Casa de la Cultura.
¿Hablemos de su exposición?
La defino como algo que me nace del alma. Pienso que las personas nos convertimos en dialogadores con el mundo, conversamos con el mundo, con quienes nos rodean, con quienes aprecian la obra.
“Fragmentos”: ¿tiene un mensaje integral que conforman las 30 pinturas? O cada obra tiene su mensaje individual.
Son “Fragmentos” y cada vez que participo en un salón, trato de dialogar y manifestar mi preocupación constante. Vengo de un lugar donde estoy dentro de una burbuja observando lo que está en nuestro alrededor. Hay momentos que se siente mucho miedo ser artista, porque hay que sabe vivir y a veces paralelamente elegimos otros caminos para poder sobrevivir.
El artista en el medio, no puede vivir del arte. Eso es en todas las partes mundo, no solamente acá. Quién ha dicho que ser artista es vivir de lo que nace del alma.
¿Cómo fueron sus primeros pasos y la decisión que le llevo a tomar este camino del arte?
Mi abuelo tenía la costumbre de comprar juguetes para los hijos de los trabajadores que en número eran 200 o 300 y tenían un cuarto lleno de juguetes. Entonces cogí una cajita con 6 colores, con un pincel, un poco rustico y comencé a investigar como todo niño y echando agua comenzó a salir el color y fue como descubrir una estrella y estar en ella. Empecé a manchar los papeles y comenzó ese amor por el arte, ya que siempre quise dibujar y ser pintora toda la vida.
Sus pinturas tienen manchas neo impresionistas y trabaja con colores brillantes, puntillismo, pero cargadas de frescura: ¿De dónde sale la inspiración para su trabajo?
Es la naturaleza, pienso que todo está hecho y la obra de Dios es infinita. Nosotros somos obra de Dos. Fui profesora de arte y estudié diseño interior en la Universidad Laica. Soy autodidacta tanto en la pintura como en las letras. Mi Mamá no quería que estudiara artes y antiguamente lo que decían los padres era palabra sagrada.
¿Tuvo el tiempo para seguir creando en estos meses de confinamiento?
Me senté más a escribir y a meditar porque estaba tensionada. Estaba haciendo un cuadro para la Bienal, quería participar, pero quedo allí y no lo quise tocar. La pintura es como escribir, en ese momento viene la inspiración y es como que te toca, y me tocó a mí.
En los tiempos de pandemia no pude pintar, me sentí con los brazos amarados, dije voy a escribir y escribí mucha poesía. Los cuadros se estaban secando y no quise tocarlos. Me senté a pensar en la tristeza que embargaba a todos sus seres queridos, no podía pintar y era como si estuviese de duelo.
Mientras yo estaba en mi mundo disfrutando de mi burbuja, el mundo estaba llorando y con la tristeza que sentía por la humanidad no podía pintar. Lo que quería es hablar con Dios.
Entonces me dije: este duelo voy a empezar a disfrutar, pero con la tristeza a cuestas. Porque esto ha sido una tristeza infinita y sentarme a pintar no era lo que quería. Puede ser que otras personas los sacaba de su estrés, en cambio a mí me provocó ir a mi jardín, tocar la tierra e incluso me dedique a reciclar y limpiar el jardín para llegar cansada a mi espacio y no tener ganas de pintar.
Cuando estas de duelo no puedes motivarte porque es difícil y lo que quería es sentir cansancio.
