Entonces, mediante el presente prólogo, pongo a consideración de ustedes señores lectores, esta prosa de libre expresión natural, que bajo el cuidado de las reglas de la gramática aparece en el Opúsculo «nunca es tarde para deshojar el tiempo»; y, lo hago, con la plena certeza de garantizarles un deleite extraordinario a través de la lectura de estas líneas que evidencia a ciencia cierta, la bondad, el amor y la concepción seria de la vida que Giovanny mantiene desde que lo conocí hace unos 40 años atrás.