La maraca poseía un ruido distintivo que creaba efectos especiales. Comúnmente era fabricada en cerámica e imitaba la forma de un calabazo y era el instrumento que, por excelencia, reflejaba el poder de los chamanes.
El arte al interpretar este instrumento radica en los movimientos que hacen los brazos, antebrazos, muñecas y manos para crear diferentes efectos sonoros. Así, el secreto está en los contornos dibujados en el aire, en los golpes y pausas que marcan acentos diferentes.
Uso y mitos de su utilización:
Había sido utilizado por el shamán en su calidad de curandero, tanto para atraer a los espíritus y acelerar la curación como para ahuyentar las malas energías causantes de los desequilibrios en la salud, o como herramienta terapéutica para provocar en el paciente un estado de relajamiento propicio para la recuperación.
También se creía que el ruido de este instrumento ahuyentaba a las víboras (Paola, 2007).
Tipos de maracas:
De cerámica. Dentro de estas se colocaban bolitas de cerámica, previamente secadas y quemadas.
De calabaza. Dentro de calabazas secas pequeñas, se introducen semillas de achira.