SANTA ROSA DE LIMA
Autor: Bernardo de Legarda
Técnica: Madera policromada
Siglo: XVIII
Obra realizada con una profunda maestría por el escultor Bernardo de Legarda, correspondiente a la época de la Audiencia de Quito. De gran manejo técnico para lograr su encarne perfecto, además amalgama las técnicas del chinesco, estofado y pintura floral.
Primera Santa Americana, Protectora de Lima. Mística, terciaria, dominica, canonizada por el Papa Clemente X en 1671. Nace en 1586 y muere en Lima en el año 1617. Llamada Isabel Flores de Oliva hija de Gaspar Flores arcabucero de Baños de Montemayor de la Provincia de Cáceres España.
Su padre salió de España en 1545. Pasó por Puerto Rico y Panamá, como parte del Virreinato de la Nueva España. Llegó a Perú en 1547, como soldado del Pacificador Pedro de la Gasca que estableció la Real Audiencia en 1549.
Nombrado arcabucero por don Andrés Hurtado de Mendoza III, Virrey del Perú. El 1 de mayo de 1557 se casó con la Criolla limeña María de Oliva y Herrera, apellidos procedentes de Aragón. Fue la cuarta hija de los Flores Oliva, bautizada el 25 de mayo de 1586, en la parroquia de San Sebastián por el sacerdote Antonio Polanco, sus padrinos Hernando de Baldéz y María Osorio.
Su infancia fue común y nada llamativa, su compañero de juegos fue su hermano Hernando que siempre la apoyó. A los 12 años se mudó con su familia al valle Chillón, recibió la confirmación del futuro Santo Católico Toribio de Mogrovejo, su padrino el sacerdote Francisco Gonzales, cura del pueblo. En Quives empezó sus mortificaciones, contrayendo un reuma muy fuerte que ocultaba a su madre.
El día de su confirmación, el Arzobispo Santo Toribio de Mogrovejo, la llamó Rosa, pero a ella le mortificaba que la llamasen así. A los 25 años aceptó que la llamaran Rosa de Santa María luego de una conversación con un sacerdote de Santo Domingo quien le dijo: hija es nuestra alma como una rosa en que se recrea Jesucristo, la tranquilizó siendo confirmado este nombre en el desposorio místico por el Niño Jesús.
Regresando a Lima, la joven tuvo que trabajar por problemas económicos, Laboró el día entero en el huerto y además bordaba con esmero para diferentes familias de la ciudad. De esta manera ayudó a sostener a su hogar. Sus padres insistían en casarle, pero ella hizo voto de castidad más de 10 años. Se recluyó en una ermita que construyó con ayuda de su hermano Hernando en un extremo del huerto de su casa y solo salía para ir al Templo de Nuestra Señora del Rosario, para sus necesidades espirituales. Atendía a enfermos que se acercaban en búsqueda de ayuda y atención, creándose una enfermería en su casa. Al cabo de unos años ingresó en la Tercera Orden de Santo Domingo a imitación de Santa Catalina de Siena.
Su Desposorio Místico fue el domingo de ramos de 1617, en la capilla del Rosario. Rosa al no recibir palma para la procesión, pensó que era mensaje de Dios por algunas ofensas, acongojada sintió el llamado del Niño Jesús y le dijo: Rosa de mi corazón yo te quiero por esposa a lo que respondió aquí tienes a tu esclava.
Cayó gravemente enferma y cerca de su final, pasó los últimos 3 meses de su vida en casa de Gonzalo de la Maza, contador noble del gobierno, cuya familia le tenía particular cariño. Aquí se levantó el Monasterio de Santa Rosa de Santa María de Lima. Murió a los 31 años en las primeras horas del 24 de agosto de 1617.
En lecho de muerte, Gonzalo de la Maza hizo retratar el rostro de Rosa, llamando al pintor italiano Angelino Medoro. En pocos años retiraron de la cripta y la colocaron en la Iglesia del Rosario. Su casa es el Santuario donde se conservan reliquias en una ermita donde ella rezaba, hay un pozo donde los devotos depositan sus deseos escritos.
Su consagración con Cedula Real de la Reina Mariana de Austria, como Patrona de la ciudad de los Reinos del Perú a la Bienaventurada Madre Rosa de Santa María, el 11 de marzo de 1669.
La Basílica-Santuario, luego de la canonización, se restauró durante los siglos XVII – XX, inaugurada el 24 de agosto de 1992, principal punto de peregrinación del Perú. Santa Rosa de Lima es símbolo de integración nacional, formó parte de la familia dominica. Se destacó por la perseverancia, firmeza y paciencia, su vida ascética y dedicación a pobres y enfermos.