RETRATO DE: JOSÉ MEJÍA LEQUERICA

Obra de la semana

Título: José Mejía Lequerica

Autor: Anónimo

 

José Mejía Lequerica fue hijo del Sr. José Mejía del Valle, abogado de los Tribunales de la Audiencia, y de la mestiza Joaquina Lequerica y Barriotieda. En su juventud conoce a Eugenio Espejo. En su biblioteca tiene contacto con la obra de ilustrados franceses formando así su espíritu moderno. Allí también conoció a Manuela Espejo, hermana de su maestro, con quien se casaría en 1797.

En 1807, Lequerica viaja a Madrid. Los sucesos del 2 de mayo le motivan a participar en las luchas contra la invasión napoleónica. Por lo que en agradecimiento a su apoyo a la corona española en 1810 es nombrado Diputado Suplente por Nueva Granada (Santa Fe) ante las Cortes de Cádiz. Sus discursos se destacaron por contener reivindicaciones americanas. Lequerica pedía igualdad de derechos de los americanos respecto a los españoles o la proclamación de una amnistía a los encausados en movimientos insurgentes americanos. Una petición que a muchos diputados españoles les pareció una osadía. Expresó su postura a favor de la lucha por la abolición de la Inquisición y la libertad de imprenta.  Voluntariamente participó en la inspección de un brote de fiebre amarilla en el puerto de Cádiz, y esta misma enfermedad le causó la muerte en 1813.

El retrato pictórico en el siglo XIX fue utilizado para representar la apariencia visual del personaje.  Los artistas trabajan por encargo, en varios casos inspirados por el afecto, su posición social, afinidad política, la parte económica, entre otros intereses con el retratado. Históricamente se ha representado personas importantes, familias adineradas y de buen nivel social al igual que a los personajes representativos de la ciencia e investigación, así como a héroes de guerra.

José Mejía  ha sido retratado en tres cuartos por un pintor anónimo, mirando al frente, girado ligeramente hacia la izquierda para apoyar su brazo sobre el escritorio en que se encuentra un libro cerrado y otro entreabierto sujeto con su mano izquierda, simbolizando la ciencia y el conocimiento que caracterizaban a Mejía al ser un hombre inteligente, sabio y gran orador; viste a la moda francesa al igual que su peinado, su mano derecha metida al interior del chaleco como símbolo de educación, respeto, sinceridad y honor. Algunos críticos acercan esta posición de la mano al significado que la persona perteneció a la secta masónica, representando los secretos de la mazonería. El escritorio y el sillón son diseños clásicos del momento.

 

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