“SAN JUAN DE DIOS” OBRA DE LA SEMANA  EN LOS MUSEOS CCE

La Casa de la Cultura Ecuatoriana ‘Benjamín Carrión y su Museo presentarán la obra “SAN JUAN DE DIOS”, del Museo de Arte Moderno, de autor anónimo, técnica óleo sobre hojalata, del siglo XVIII, el martes 8 de diciembre.

 

Esta obra pertenece a  la Reserva del Museo de la CCE, Patrimonio Histórico y Universal que fortalece la campaña institucional #CCEnTuCasa,  y pueden visualizar a través del Sitio web y redes sociales de la CCE: Facebook  (@casadelaculturaecuatorianabenjamincarrion), Twitter e Instagram y escuchar por las radios 940AM y 100.9 FM, de lunes a viernes.

 

SINOPSIS

 

Martes  8 de diciembre

Obra: “SAN JUAN DE DIOS”

La obra “San Juan de Dios” de autor anónimo, técnica óleo sobre hojalata, del siglo XVIII,  define el perspicaz  manejo artístico, prueba el sincretismo vigente en el período de la Audiencia de Quito, y acrecienta la  característica plástica de la valiosa colección que se muestra en el Museo de Arte Colonial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

 

San Juan de Dios provenía de una familia pobre y piadosa. Su madre murió cuando aún era joven y su padre sucumbió en un convento como religioso. Pastor de joven, apreciado por el dueño de la finca donde trabajaba, no aceptó casarse con la hija del patrón porque quería dedicarse a labores espirituales. Fue soldado bajo las órdenes de Carlos V, lo cual le hizo fuerte y resistente.

 

Estando en guerra le ordenaron cuidar un depósito, pero por no estar alerta  le robaron el arsenal y su coronel ordenó ahorcarlo, Juan se encomendó con toda la fe a la Madre de Dios y la Santísima Virgen le salvó, dejando luego la milicia. Posteriormente empezó a vender estampas y  libros religiosos,  y al llegar a Granada vio un niño necesitado que era la representación del Niño Jesús, a quien le dijo “Granada será tu cruz” y desapareció.

 

Repartió a los pobres lo que tenía y fue por la ciudad como loco para que la gente lo atacara e  hiciera sufrir. Le llevaron al manicomio, donde le dieron fuertes palizas, las que tomaba como penitencia que ofrecía a Dios. Reprendió a los guardias por el maltrato brutal que daban a los enfermos, por lo que dijo cuando salga de aquí, fundaré un hospital.

 

Sin saber medicina, quería demostrar que podía ayudar y que antes de sanar el cuerpo, primero hay que sanar el alma. Sus religiosos atienden en todo el mundo a enfermos mentales, empleando métodos de bondad y comprensión. Juan rentó una casa vieja donde recibía a todo enfermo, anciano, mendigo, loco, huérfano y desamparado. En el día atendía con cariño, por las noches, pedía limosna por las calles y los pobladores salían a darle lo que les sobraba, así podía alimentar a sus enfermos.

 

El señor obispo, por todo lo que hacía por los pobres, lo llamo “Juan de Dios”, llamándole así toda la gente en adelante. Como sus ropas que llevaba regalaba a los pobres, el prelado le regaló una túnica negra como su uniforme, que la llevó hasta su muerte, y sus religiosos han vestido así por siglos.

 

 

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