JUSTIFICACIÓN DEL PROYECTO
Identificación, descripción y diagnóstico del problema
La Constitución del Ecuador de 2008, definió una visión de sociedad a construirse y la denominó como Buen Vivir o Sumak Kawsay. Posteriormente, el gobierno del Ecuador ha impulsado su concreción a través de los Planes Nacionales para el “Buen Vivir” (PNBV) y ahora con el Plan Nacional de Desarrollo 2017-2021 “Toda una Vida” de Ecuador. La Constitución del Ecuador reconoce derechos a las personas, derechos a las comunidades, pueblos y nacionalidades, y derechos a la naturaleza. Por lo tanto, las comunidades, pueblos y nacionalidades y el ejercicio de sus responsabilidades, en un marco democrático, de convivencia armónica ciudadana, convivencia armónica con la naturaleza y de primacía del bien común y el interés general. Alternativamente, Toda una vida, se puede entender como una vida en plenitud que comprende la armonía interna de las personas (material y espiritual), armonía social con la comunidad y entre comunidades, y armonía con la naturaleza.
La identidad cultural, surge de la amplia diversidad étnica, con la que cuenta el territorio ecuatoriano. Cada uno de los pueblos y nacionalidades o grupos étnicos que viven en las diferentes regiones del país, tiene implícitas sus tradiciones y costumbres, esencia de su cultura. Tomando en cuenta que la diversidad cultural abarca a su vez la riqueza contenida en la diversidad biológica que posee cada sector del Ecuador, surge la necesidad de comprender y conservar mencionado patrimonio.
Es necesario tener claro que la diversidad étnica-cultural, representa nuestra herencia ancestral, mediante la cual se puede reflejar la historia natural de la vida. Preguntarnos constantemente ¿quiénes somos? Involucra una amplia cosmovisión, que nos permite distinguir y conocer más a fondo sobre los pueblos y la identidad cultural de una nación. Todo país tiene una historia, que comprende un legado sobre el cual se ha construido su presente y se pretende alcanzar un mejor futuro. Por ellos, debemos considerar y tratar a la riqueza cultural como un tesoro, al que se promueva y conserve de manera adecuada en cada pueblo; considerando la importancia que refleja está, como base fundamental para el desarrollo de nuestra identidad.
El aporte del sector cultura a la economía nacional, juega un rol fundamental en la generación de valor económico y simbólico. La Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales de la UNESCO (2005), de la que el Ecuador es signatario, destaca la importancia de las expresiones artísticas y culturales para la cohesión social, la efectiva realización de los derechos humanos y libertades fundamentales, y su rol estratégico para el desarrollo sostenible. En concordancia con la declaración antes citada, diversos instrumentos legales, como la Constitución de la República, la Ley Orgánica de Comunicación, la Ley Orgánica de Educación Superior, la Ley Orgánica de Educación Intercultural y, desde luego, la Ley Orgánica de Cultura, y el Plan Nacional de Desarrollo 2017-2021 “Toda una Vida” de Ecuador, insisten en que el acceso y disfrute de expresiones culturales, artísticas y el patrimonio son un derecho inalienable de todas y todos los ecuatorianos.
El Plan Nacional de Desarrollo, establece como uno de los objetivos del régimen de desarrollo, el “proteger y promover la diversidad cultural y respetar sus espacios de reproducción e intercambio: recuperar, preservar y acrecentar la memoria social y el patrimonio cultural”. Así mismo, el Eje 1, “Derechos para todos durante toda la vida”, en su Objetivo 2, señala la necesidad de “Afirmar la interculturalidad y plurinacionalidad, revalorizando las identidades diversas”, e identifica un elemento fundamental para el modelo de desarrollo “la preservación de la memoria colectiva, fortalecimiento organizativo comunitario; la gestión y el emprendimiento en procesos conjuntos de creación, producción y circulación artística y cultural; el intercambio y relaciones democráticas y armónicas de saberes pertinentes y contextualizados; el libre desarrollo de la personalidad y proyectos de vida”. Sus políticas culturales señalan la necesidad de:
- Promover el rescate, reconocimiento, investigación y protección del patrimonio cultural, saberes ancestrales, cosmovisiones y dinámicas culturales.
- Impulsar el ejercicio pleno de los derechos culturales, junto con la apertura y fortalecimiento de espacios de encuentro común, que promuevan el reconocimiento, valorización y desarrollo de las identidades diversas, la creatividad, libertad estética y expresiones individuales y colectivas.
- Incorporar la dimensión de las particularidades y especificidades poblacionales y la valoración de los conocimientos de las culturas ancestrales, en las acciones públicas y en la prestación de servicios públicos, como práctica permanente de pertinencia cultural para la inclusión y la diversidad.
- Estimular los encuentros comunes de la diversidad y su interacción con el desarrollo, mediante la promoción y circulación de las artes, culturas, memorias y patrimonios tangibles e intangibles (PNBV 2017‐2021).
- Desarrollar acciones que estimulen el potencial simbólico de las artes y la cultura implica un reto de visibilizar su aporte en términos sociales de inclusión y cohesión.
Estas políticas culturales, deben implementarse con la participación de todas las instituciones del Sistema Nacional de Cultura, entre ellas, la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión” y sus 24 Núcleos provinciales, de los cuales, 6 son Núcleos amazónicos.
Sin embargo, pese a los esfuerzos realizados en los últimos años, el rescate y la difusión de la diversidad cultural amazónica, se ha visto afectada por la ausencia de estrategias gubernamentales concretas, que cumplan con lo definido en el Plan Nacional de Desarrollo, se ocupen de financiar el rescate y difusión de esta diversidad y hacerlo a través de la institución, eje de la cultura en el Ecuador, desde hace 76 años, como se expone a continuación.
La Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión” (CCE), se fundó el 9 de agosto de 1944, siendo su primer presidente el escritor lojano Manuel Benjamín Carrión Mora. A partir del año 2016 la Ley Orgánica de Cultura señala lo siguiente:
Art. 152.- De su finalidad. La Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión es el espacio de encuentro común, de convivencia y de ejercicio de los derechos culturales, en el que se expresa la diversidad cultural y artística, la memoria social y la interculturalidad. La Sede Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión tendrá como finalidad planificar y articular la circulación de obras, bienes y servicios culturales y patrimoniales, así como procesos de activación de la memoria social en el territorio nacional e internacional. Tendrá a su cargo la coordinación, supervisión de la planificación, seguimiento, monitoreo y evaluación del trabajo de los núcleos provinciales. Los núcleos provinciales de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión tendrán como finalidad la producción, circulación y acceso a las obras, bienes y servicios artísticos, culturales y patrimoniales, así como procesos de activación de la memoria social. (2016,26)