En San Vicente de Quilimbulo, del cantón Píllaro, Víctor Sisa es reconocido en su comunidad por ser el constructor de arpas y contó su experiencia a los oyentes de Zona Cultura programa transmitido por las radios de la CCE.
El arpa, en el Ecuador, no es muy popular por su costo, pero para los apasionados por sus sonidos no constituye impedimento para disfrutar de este instrumento.
“Yo aprendí el arpa por la acción de mis padres que me obligaron a interpretar este instrumento”, manifestó Víctor.
Los Corazas fueron los que le permitieron aprender este instrumento en la ciudad de Quito que fue invitado, por este grupo, para que colocaran las cuerdas a una arpa que se habían comprado en Píllaro.
Ha construido de 150 a 200 arpas en toda su vida. Muchos artistas reconocidos tocan con agrado este instrumento.
En su taller, Sisa elabora arpas con madera seca de capulí. Su secreto: usar madera de árboles que tengan entre 70 y 90 años, para que el sonido sea suave y fino.
Desde muy niño se orientó para investigar la construcción de arpas dice que “Soy el heredero de estos conocimientos de mis antepasados que también entonaban este instrumento”.
Un artesano quiteño le enseñó a confeccionar el arpa en un taller de carpintería de la familia Martínez y el músico Héctor Colcha le enseño a entonar este instrumento musical cuando tenía 17 años. Quedó fascinado con el sonido.
El artesano da forma a este instrumento, compuesto por cuatro partes bien definidas como la caja acústica, brazo con clavijas, el mástil y las cuerdas.
La fabricación de una sola arpa le toma tres meses. Todo el proceso es manual.
