Se trata de un fondo de 250.000 dólares a repartir entre 50 proyectos destinados a la preservación de este bien inmaterial, que depende de ferias, talleres y espacios públicos para expresarse y subsistir.
«Su cadena productiva se ha roto en sus eslabones más sensibles, pues al restringirse las actividades de eventos como ferias, galerías y mercados artesanales, sumado a las restricciones al tránsito y al turismo, la fuente de ingresos económicos de artesanos y portadores de saberes se ha visto afectada considerablemente«, dijo Catalina Tello, directora ejecutiva del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural.
Al presentar el proyecto, la funcionaria destacó este viernes que «la crisis sanitaria de la covid-19 ha generado nuevos retos para las sociedades en su conjunto«, pero que entre los sectores «más afectados» se encuentra también la artesanía tradicional y el patrimonio agroalimentario.
Para ello, el Ministerio de Cultura y Patrimonio abre hasta el 15 de marzo un registro de candidaturas para obtener 5.000 dólares en proyectos que defiendan ese patrimonio ancestral.
Esta nueva línea de fomento apoyará en ese sentido procesos de promoción y difusión tanto de la artesanía tradicional como del patrimonio agroalimentario. «Es una invitación a todos los ecuatorianos», destacó Angélica Arias en su última comparecencia pública como ministra encargada de Cultura y Patrimonio, pues horas después la Presidencia informaba del nombramiento de Julio Fernando Bueno Arévalo como titular de la Cartera.
Arias destacó que «la investigación de nuestra historia es un proceso asombroso de descubrimientos, cuya base fundamental» se inspira en la «investigación, conservación y difusión», por lo que fondo tratará de alentar la preservación patrimonial a través de las tres vías. «Queremos que los ecuatorianos investigan, conserven y difundan (..) para poner en valor ese legado», subrayó.
En Ecuador, un país de algo más de 17 millones de habitantes, alrededor de un 7% de la población se autoidentifica como indígenas, y un porcentaje similar en cada caso como montubios y afroecuatorianos.
Preguntada por Efe sobre la partida presupuestaria, Arias explicó que las líneas de fomento «se entregan permanentemente desde hace varios años específicamente a las artes escénicas, gráficas y literarias», y lo que ha hecho «más bien es ampliar a otros ámbitos de la cultura».
Es decir, que «ya no sean solo a las artes» porque «los ámbitos del patrimonio cultural también han sido muy golpeados» por la pandemia y con ello también se ha visto afectado el proceso de «transmisión de los saberes y técnicas tradicionales», que el Ministerio quiere defender mediante este estímulo no reembolsable.
Los proyectos deberán generar procesos de innovación de las prácticas del patrimonio cultural, tanto en el ámbito artesanal como agroalimentario, y a la hora de seleccionarlos se tendrán en cuenta procesos asociativos colectivos como herramienta de cohesión, la visibilización de este legado y su promoción. Se aplicarán también criterios de priorización en base a territorialidad y derechos, teniendo en cuenta los cantones con mayor población ancestral, afroecuatoriana o montubia.